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El presidente Joe Biden, izquierda, y el candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, derecha, durante un debate presidencial organizado por CNN, el 27 de junio de 2024, en Atlanta, Georgia. (AP)
La actuación del presidente Joe Biden en el primer debate presidencial fue muy criticada, incluso por algunos demócratas quienes se preguntan si él a sus 81 años podría derrotar al candidato republicano, el expresidente Donald Trump. La elección es el 5 de noviembre.
Aunque la condición de Trump como presunto candidato sigue siendo fuerte dentro de su partido, la condena pendiente por 34 delitos graves, y su edad actual, 78 años, han suscitado preguntas similares entre sus críticos.
¿Qué ocurriría si alguno de los candidatos, por el motivo que fuese, no pudiera presentarse como candidato?
Acá analizamos varios escenarios.
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Biden ha dicho en repetidas ocasiones, antes y después del debate del 27 de junio en CNN, que no va a renunciar a su candidatura. A menos que una amplia franja de líderes del partido se manifieste públicamente en contra de Biden, la probabilidad de un cambio en las candidaturas parece improbable, a pesar del pánico existente en algunos círculos demócratas, señalaron expertos políticos.
Si sucediera, dependería en gran medida del calendario, especialmente en torno a las convenciones de los partidos. Los republicanos celebrarán su convención en Milwaukee del 15 al 18 de julio; los demócratas celebrarán la suya en Chicago del 19 de agosto al 22 de agosto.
Biden podría renunciar voluntariamente a la nominación. Aunque sustituirlo en contra de su voluntad es teóricamente posible, es mucho menos probable, porque el proceso de elección de delegados significa que los "finalmente seleccionados son bastante leales" a Biden, dijo Josh Putnam, politólogo especializado en normas de selección de delegados y fundador de la consultora política FHQ Strategies LLC.
Forzar a Biden a abandonar la nominación dependería de que los delegados hicieran uso de una norma del partido, la cual dice que pueden dejar de apoyar al candidato al que representan "con toda buena conciencia".
Si Biden cediera la nominación por su cuenta, los delegados asignados durante la temporada de primarias, decidirían un sucesor. Dado que estos delegados están casi en su totalidad comprometidos con él, cualquier apoyo de Biden a un candidato tendría un peso significativo. Sin embargo, los delegados comprometidos con Biden podrían optar por rechazar su elección.
Una opción natural para el respaldo de Biden sería la vicepresidenta Kamala Harris, pero en esta etapa de la campaña ella no se convertiría automáticamente en la candidata presidencial, sino que los delegados tendrían que estar de acuerdo. También, Harris podría enfrentarse a la competencia de otros demócratas, como gobernadores o senadores prominentes.
El proceso republicano sería en líneas generales similar al de los demócratas, pero dada la fuerza del apoyo a Trump dentro del partido, la posibilidad de que se vea obligado a abandonar la candidatura se considera aún más remota.
Un hombre observa al presidente Joe Biden debatir con el candidato presidencial republicano y expresidente Donald Trump durante una fiesta para ver el debate el 27 de junio de 2024, en Scottsdale, Arizona. (AP)
Si Biden o Trump son aprobados como candidatos en sus respectivas convenciones pero tienen que abandonar la candidatura antes de la elección, las reglas de sucesión serían diferentes.
En primer lugar, si Biden falleciera en el cargo (o se viera obligado a renunciar a la presidencia por incapacidad), Harris se convertiría en la presidenta en funciones. Harris también se convertiría en presidente inmediatamente si Biden simplemente renunciara como presidente.
¿Qué significaría esto para la candidatura presidencial? En el lado demócrata, las normas permiten al Comité Nacional Demócrata nombrar a un sucesor. Aunque Harris no se convertiría automáticamente en la candidata, se consideraría la opción más probable, suponiendo que ella así lo quisiera.
Si Harris fuese elevada a candidata presidencial, el mismo proceso determinaría el nuevo candidato a la vicepresidencia.
Las reglas republicanas son más complicadas. Una nueva convocatoria de la convención nacional es posible, pero el Comité Nacional Republicano probablemente podría encontrar un mecanismo alternativo, dijo Putnam.
Si se elige un nuevo presidente, pero fallece antes de la toma de posesión, el vicepresidente debidamente elegido se convertiría en el siguiente presidente.
El Senado y la Cámara de Representantes tendrían que aprobar la designación de un nuevo vicepresidente que ocupará el cargo junto al presidente recién ascendido. Eso fue lo que ocurrió cuando el Congreso aprobó la designación de Nelson Rockefeller después de que Gerald Ford sustituyera a Richard Nixon, quien dimitió en medio del escándalo Watergate.
Finalmente, si el ganador muere entre el momento en que se emiten los votos electorales y el momento en que el Congreso los cuenta el 6 de enero de 2025, no está claro qué pasaría, ni siquiera para la Administración Nacional de Archivos y Registros, cuyo trabajo es saberlo.
"No sabemos qué pasaría" en ese caso, dice la agencia en su página web.
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